El ecumenismo, es la religión mundial que terminará por unir a todas las religiones del mundo, con el único objetivo de “adorar a un mismo dios” para someter a todas las creencias bajo un solo gobierno mundial religioso, sin importar credos o fe.
El ecumenismo, tiene una gran similitud con la política, ya que ellos desean realizar una Religión Mundial, y esto se asemeja a un Gobierno Mundial.
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EL PERFIL DE LA IGLESIA MUNDIAL
La Iglesia Mundial y que no será otra sino la superiglesia apóstata del futuro, será una iglesia íntimamente relacionada con dos personajes nefastos, aún más, dirigida y controlada por las dos bestias apocalípticas: el falso profeta y el anticristo, ambos personajes parte de una tríada satánica: el dragón que representa a Satanás, la fuente del mal espiritual; la primera bestia, que será la fuerza política, la encarnación del maligno, inspirada por Satanás, la deificación de Satanás bajo la forma de una dictadura terrible y cruel; el falso profeta, la segunda bestia, que será la fuerza religiosa apóstata, cuyo espíritu satánico y engañador seducirá a las naciones y las embriagará, impulsándolas a rendir un culto apasionado a la primera bestia, como una confederación de fuerzas temporales. (Apocalipsis capítulos 13 y 17). Esta iglesia mundial ostentará rasgos característicos especiales, mostrará un perfil profético bien delineado. Podemos notar ya algunos de esos rasgos tenebrosos.
A. Una iglesia globalizada.
La Iglesia Mundial será única, porque el esfuerzo ecuménico habrá podido unir a todas las religiones, todas las ideologías del mundo, incluidos los ateos. Una gran fraternidad universal crea lo que crea, y sostenga los principios que sostenga. El propósito es unir a la humanidad entera en una organización donde no se tomará en cuenta ni las creencias ni los principios. Una iglesia con una religión centrada en el hombre en total rebelión contra el Creador. Ahora mismo hay un movimiento secularizante que está envolviendo a la iglesia en asuntos políticos y sociales, participante de una sociedad “humanizada”, profana y pragmática, gobernada por una “ley natural” y ya no más por una “ley divina”.
B. Una iglesia ecuménica y sincrética.
Las organizaciones ecuménicas vienen trabajando de manera tan activa y sutil que muchísimos líderes y pastores al parecer no se dan cuenta de ello. Son ellos mismos y sus iglesias los que dan apertura y apoyo al Movimiento Ecuménico, fuerza motriz de la iglesia apóstata. De manera servil están sometiéndose a la manipulación y fines de la Iglesia Católica Romana (ICR), quien al principio se mostró renuente a tomar parte del Movimiento Ecuménico, incluso algunos papas condenaron al Movimiento Ecuménico del Consejo Mundial de Iglesias (CMI); pero ahora la Iglesia Católica ha entrado de lleno a tomar parte del Consejo Mundial de Iglesias aunque no oficialmente, pero en la práctica, es la Iglesia Católica Romana que está dirigiendo el Movimiento Ecuménico en todo el mundo.
El Consejo Mundial de Iglesias tuvo la iniciativa del esfuerzo ecuménico, ahora se puede decir que va tras los pasos de la Iglesia Católica Romana. Es notorio el poder de convocatoria que la ICR tiene ante las demás religiones del mundo. El pastor español Miguel Rosell argumenta: “Los propósitos del Vaticano son a estas alturas excepcionalmente diáfanos. La agenda de la Gran Ramera está ya abierta a los ojos de cualquiera que quiera tomarse la mínima molestia de echarle un simple vistazo. Realmente está poniendo las cartas sobre la mesa, y eso es indicativo, una vez más, de que la venida del Señor por los suyos está más cerca que nunca.”
En cuanto al perfil sincrético de la Iglesia Mundial, los logros del Movimiento Ecuménico nos dan las evidencias. Cuando el CMI realizó su asamblea en Nairobi, Kenya en 1975, hubo presencia de religiones primitivas y paganas. En la asamblea de Vancouver, Canadá, la sexta del CMI, en 1983; participaron los indígenas canadienses, quienes invocaron al “Gran Espíritu”, presentaron ofrendas de pescado a sus divinidades, levantaron un tótem, un ídolo (un poste de tres o cuatro metros) con grabaciones alusivas a las creencias indígenas de los pieles rojas de Norte América. En la séptima asamblea de Canberra, Australia, en 1991. La asamblea se inició con una ceremonia aborigen muy primitiva de “purificación” por humo, una teóloga coreana presentó un tema donde mezcló el espiritismo coreano con ciertos elementos cristianos, invocó a los espíritus de los muertos (incluso al de Jesús), etc.; en esa asamblea estuvo el papa y a su lado el Dalai Lama del Tibet (“una encarnación” de Buda), incluso participó un brujo africano.
C. Una iglesia con poder y dominio mundial.
La palabra “Babilonia” en un sentido místico y simbólico representa el principio del mal, de la confusión, de la rebelión y poder temporal que va en aumento, hasta llegar a la poderosa Gran Babilonia del Apocalipsis, contra la cual Dios lanzará su ira, sin que nadie lo pueda evitar.
En cuanto a “Babilonia la Grande”, voy a transcribir la exposición del Dr. Guillermo R. Le Roy: “En este sentido, la palabra siempre se refiere al poder mundial, opresor, íntimamente ligado con la imagen de la bestia. Es un poder nacido en la iniquidad espiritual de los lugares altos de las tinieblas, un poder del que se enamoran los dirigentes, los reyes y las potestades de la tierra y que congrega y une a las naciones del mundo en un solo imperio opuesto al Reino de Dios. De hecho, Babilonia es una imitación del Reino de Dios, basada en la falsa trinidad satánica. En lo externo, Babilonia será una civilización o cultura de alcance mundial, magnífica por su ciencia, arte y comercio, pero embriagada de orgullo e intoxicada por su gran éxito. Como esa civilización estará basada en el materialismo ateo, la ciencia será adorada por las masas como solución a todos sus problemas. El imperio será una extraña mezcla de poder y de religión mundiales, de apostasía política y religiosa, de paganismo y de cristianismo apóstata, de ateísmo dogmático y práctico, basado en un énfasis antropocéntrico, es decir, en el humanismo filosófico, en la exaltación y adoración del hombre en lugar de Dios (Romanos 1:25) “Los cuales mudarán la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por lo siglos, Amén”.
“Babilonia, “madre de las rameras” y de las abominaciones de la tierra” “será la expresión de todas las blasfemias del anticristo y de todas las iniquidades que los hombres han cometido, aunque sea con apariencia religiosa. Todo el mal se consumará en aquella Babilonia, sin restricción alguna”.
“Así que la Babilonia representa en el Apocalipsis el cuadro y el conjunto de la cristiandad apóstata. Es para la iglesia de Dios lo que el anticristo es para Cristo: una anti-iglesia rival y usurpadora. Estará organizada como superiglesia, que acoge en su seno, para conseguir la hegemonía mundial, a todas las confesiones degradadas de cristianos profesantes, a las sectas originadas en ellas y aun a todas las religiones paganas, e incluso, a los que adoran a los malos espíritus. Se convertirá en la “guarida de todo espíritu inmundo y albergue de todas aves sucias y aborrecibles” (Apocalipsis 18:2). De acuerdo con la opinión de H. E. Alexander, en su libro “Apocalipsis”, “bajo el reino del anticristo, el evangelio social, esa adulteración del evangelio de la cruz, degenerará en especie de central económica mundial, que excluirá a los creyentes” (Apocalipsis 13:16-17).
“Así pues la futura Babilonia se exteriorizará en una Babilonia comercial, religiosa, política y social, con la cual “los reyes de la tierra han fornicado”, donde todo será obtener riquezas, poder y lujo para deleitarse en el pecado. Será una degradación total, una consumación del mal un apurar desesperado del cáliz de iniquidad, el natural resultado de la escuela de otro cristo, de otro evangelio, de otro espíritu. Será la mayor dictadura jamás vista por el hombre, que unirá lo político, comercial, social y religioso bajo un solo régimen totalitario”.
Este es el sombrío perfil de la Iglesia Mundial, a la que apuntan los “profetas de la prosperidad”, apóstoles modernos, tele evangelistas y políticos, ansiosos de poder y dominio, “embriagados de éxito y felicidad”, como es el caso de los televangelistas, Benny Hinn, Kennet Copeland, Rony Cháves, Cash Luna, Guillermo Maldonado, entre tantos otros.
D. Una Iglesia falsa dirigida por el Profeta Falso y controlada por el Anticristo.
El Falso Profeta, la segunda bestia que sube de la tierra (Apocalipsis 13:11), un personaje siniestro, llamado en tres ocasiones “el falso profeta” (Apocalipsis 16:13; 19:20; 20:10). Para algunos será un individuo de procedencia judía, mientras que el Anticristo será un gentil, con una mezcla de origen romano-griego-judío.
El falso profeta encabezará la iglesia apóstata, es el asociado servil de la primera bestia. Así como el Anticristo intentará imitar a Cristo; parece que el falso profeta tratará de copiar la obra del Espíritu Santo, así como el Espíritu Santo glorifica a Cristo, el falso profeta glorifica al Anticristo (Apocalipsis 13:12). El Espíritu Santo marca con un sello a todos aquellos que pertenecen a Dios (Efesios 1:13), el falso profeta marca con el 666 a aquellos que adoran a Satanás (Apocalipsis 13:16,17).
“El número 666 es un trío de 6, número de hombre, que no puede llegar a ser divino, ni ser la Trinidad de Dios, cuyo símbolo es 777, que simboliza la perfección. El número 666 representa una falsa trinidad, una trinidad del mal que fracasa cada vez que quiere imitar a la verdadera Trinidad.”
“…Por lo tanto ese número sugiere el último esfuerzo del hombre inspirado por Satanás, para alcanzar la divinidad, robándole a Dios su gloria y exaltarse a sí mismo. El 666 debe servirnos de advertencia contra cualquier esfuerzo actual o en el futuro, para organizar una civilización cristiana con una sola superiglesia universal, monolítica y uniforme. Un esfuerzo así resultará en una cristiandad falsa, totalitaria y dirigida por un falso cristo. Simboliza cualquier empeño humano para organizar el mundo en una forma que en su superficie parece maravillosamente cristiana, pero que en realidad es anticristiana y antibíblica. Sería una blasfemia confundir el reino de Dios con las imágenes profanas de poder mundial. La incredulidad siempre produce un régimen totalitario, sea en el campo degenerado de la política o en el campo degenerado de la religión apóstata”.
CORTESIA POR: ''TIEMPOS DE APOSTASIA''
Magnifica exposición hermano, el tema esta muy bien explicado, realmente escalofriante, cuando se llegue a dar, por supuesto que el pueblo de Dios trabajara duramente en contra de esta organización, aunque no debe de durar mucho tiempo, ya que el fin de este sistema esta mas cercano de lo que parece, nosotros somos esa generación de la que la Biblia habla.
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